Yoga Iyengar y jóvenes
Estaba escuchando una entrevista de Guruji en el que dice: “La ciencia está progresando,
el arte está progresando, así que el yoga, siendo un arte y una ciencia, también tiene que
progresar. Si no, hay estancamiento. Como alguien tiene que volver a la vida para
revolucionarla de nuevo. De donde terminó mi Guruji, yo continué. Yo quiero que mis
alumnos continúen desde donde yo termine. Eso es todo. Así es de simple.”
Estas palabras de Guruji hablan del paso del tiempo y de las generaciones. Del linaje.
Este verano tuvimos la oportunidad de tomar clases con Virendra y fue muy interesante
tomar taller con un maestro a la vez tan joven y con tanta claridad para transmitir el linaje
Iyengar. Nuestra experiencia en México es que los maestros experimentados que han
venido, todos han sido de 50 años para arriba, si no es que de más, lo que nos dio una
perspectiva diferente del método. Excelentes todos, pero no nos ayudaron a tener una
idea clara de cómo impartir el método a personas jóvenes. Muchas veces los maestros
desafortunadamente no realizan una gran variedad de asanas en su práctica personal e
imponen en sus alumnos sus propias limitaciones.
Las asanas son la rama del yoga que bien impartida a los jóvenes, les da salud física y
mental. Los jóvenes son activos por naturaleza. Disfrutan de la acción, el movimiento y la
creatividad y las asanas aportan las tres. Después cuando hayan madurado un poco más y
sean adultos jóvenes, les ayudará mucho en su vida aprender de la filosofía práctica del
yoga.
Tuve la oportunidad de conocer a varios maestros y escuelas de yoga en otros países
donde veo que su público principal son jóvenes y noté varias cosas: el precio es accesible,
todas las clases son muy dinámicas, energéticas y retadoras y los maestros son joviales,
creativos y juguetones, con sentido del humor (no necesariamente jóvenes) y se
mantienen cercanos a sus alumnos. Las clases son muy variadas y los alumnos exploran
movimientos muy diversos de forma activa y veloz, con un lenguaje sencillo. Los maestros
no les piden perfección y siempre hay novedades. Los jóvenes son como niños: se aburren
con la repetición, y aunque hayan varias asanas que se repitan, el enfoque novedoso de
cómo enseñarla los mantiene interesados. Hay poca corrección y mucha motivación. La
corrección se da como tips para mejorar en general, sin poner mucho énfasis en la
perfección o en las personas a las que va dirigido.
La publicidad que manejan es de muchos jóvenes practicando posturas retadoras, son más
de ambiente que de perfección de un individuo.
Otra cosa que noté es que han generado una comunidad bien integrada que existe fuera
del salón de yoga y suelen salir frecuentemente después de sus clases como una
comunidad de amigos.
Geeta Iyengar sugiere que para lograr el efecto dinámico en las clases, las asanas se deben
combinar y deben de realizarse en una sucesión rápida. Inicialmente el énfasis debe de
estar en la velocidad y variedad mientras se realizan las asanas, pero después la velocidad
se debe combinar con la precisión y gracia.
Geeta sugiere los siguientes métodos de cómo se pueden hilvanar las asanas juntas:
1- Hacer el ciclo de Surya Namaskar (tadasana, urdhva hastasana, uttanasana, adho
mukha svanasana, chaturanga dandasana y se pueden combinar de distintas
formas.
2- Realizar todas las posturas de pie de forma continua sin regresar a tadasana.
3- Integrar posturas de pie de un solo lado entrando y saliendo de ellas
repetidamente, buscando velocidad.
4- Combinar dos o más asanas y practicar la secuencia varias veces, ej.
parsvottanasana y urdhva prasarita ekapadasana.
5- Haciendo ciclos integrando navasana, halasana, integrando otras flexiones al
frente.
6- Hacer todas las flexiones al frente de forma continua de un solo lado.
7- Combinar posturas de flexión intercaladas con posturas de giro.
8- Hacer una cadena de flexiones con extensiones.
9- Intercalar inversiones y volteretas entre flexiones y extensiones.
Geeta comenta que si los alumnos son enseñados de esta manera, desarrollarán gracia,
habilidad, libertad, valentía, velocidad, estabilidad, sentido del equilibrio, agilidad,
flexibilidad, agudeza y control físico y mental. Si lo observan, muchas de estas cualidades
son mentales.
Mi conclusión es que primero el maestro debe de disfrutar este tipo de práctica y
experimentarlo en su propia sadhana para poder después comunicarla a sus alumnos.
Este tipo de práctica no está peleada con la precisión del método, e integrarla en nuestra
enseñanza en partes, puede generar un ritmo más fresco que nos permita acercarnos a las
generaciones más jóvenes.
Yoga Kala, Revista de Yoga Iyengar de AMYI. .Julio 2022
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